martes, 24 de junio de 2008

I Encuentro de la Red Juvenil Interreligiosa Argentina de Religiones por al paz

Del 20 al 22 de junio en la Ciudad de Córdoba, Argentina, se realizó el I Encuentro de la Red Juvenil Interreligiosa Argentina de Religiones por la Paz, organizado por la Conferencia Mundial de Religiones por la Paz (WCRP), con el apoyo del Comité Interreligioso por la Paz (Comipaz).

El I Encuentro contó con la presencia de más de veinte jóvenes provenientes de organizaciones juveniles y estudiantiles católicas, protestantes, evangélicas, judías, musulmanas e indígenas provenientes de Buenos Aires, Córdoba, Jujuy y Mendoza.

Los jóvenes construyeron un espacio de diálogo y cooperación, compartiendo sus realidades, además de, sus preocupaciones y desafíos frente a la realidad de la juventud en Argentina. Además, desarrollaron debates y discusiones sobre el compromiso interreligioso frente a los desafíos nacionales argentinos y sobre los posibles mecanismos a utilizar para sensibilizar a sus organizaciones y comunidades religiosas en la importancia de la cooperación interreligiosa.

Durante el fin de semana acompañaron la celebración de diversas ceremonias religiosas, comenzando por el Salat en la mezquita, el Shabat en la sinagoga, la misa católica en una iglesia y un culto a la Pachamama. También visitaron la Iglesia Ortodoxa Griega en donde fueron recibidos por el Pater (sacerdote ortodoxo) el cual compartió diversas costumbres y tradiciones de su iglesia.

El diálogo no quedó solo en palabras; la noche del sábado un sacerdote católico pudo degustar junto a los jóvenes un delicioso shawarma (comida árabe) a base de carne kasher (alimento apto según la ley judía) en la mezquita de Córdoba. Convivencia en su máxima expresión.

Como resultado de distintas iniciativas de convergencia interreligiosa, este encuentro finalizó con la constitución de la Red Juvenil Interreligiosa Argentina de Religiones por la Paz.

Las organizaciones religiosas y comunidades de fe presentes fueron: Pastoral de Juventud de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos (FUMEC), Juventud de la Arquidiócesis Ortodoxa Griega de Buenos Aires y Sudamérica, Asociación Cristiana de Jóvenes de Argentina (YMCA), Marom (Judíos Conservadores de América Latina), Juventud de la Organización Islámica para América Latina (OIPAL), Asociación de la Juventud Indígena Argentina, Jóvenes por un Mundo Unido (Movimiento de los Focolares), Movimiento Estudiantil Cristiano de Argentina (MEC), Fundación Kairós (Red Miqueas), Iglesia Menonita de Buenos Aires, Iglesia Apostólica Armenia de Córdoba, Sociedad Árabe Musulmana de Córdoba, Centro Unión Israelita de Córdoba, Comité Interreligioso por la Paz- Joven (Comipaz) y el Consejo Interreligioso de Mendoza.

Córdoba, Argentina, 22 de Junio de 2008.

Para solicitar información sobre esta Red, escriba a: cynthia_carg@yahoo.com.ar ó alman.bornes@gmail.com

Igualmente, para obtener mayor información sobre la Conferencia Mundial de Religiones por la Paz (WCRP) visite: www.wcrp.org

lunes, 23 de junio de 2008

BAJEN LAS BANDERAS, LOCO!

En el año 2006 tuve el privilegio como cordobés de recibir a Fidel Castro. Con los chicos con los que habíamos compartido la conducción del centro de estudiantes de la facu ese año, estuvimos presentes en el acto organizado en ciudad universitaria en el que, además de Fidel, hablaron Hebe de Bonafini y Chávez, presidente de Venezuela. En ese acto sucedió algo que me quedó grabado. Obviamente, las agrupaciones peronistas estuvieron desde muy temprano y ocuparon la parte de adelante del acto, bien cerca del escenario montado. (Sí, cualquiera puede preguntarse qué hacían los peronistas ahí, pero esa es otra discusión). Banderas y más banderas con los rostros de Evita, Perón y el Che (sí, todas esas imágenes juntas!!) flameaban entre las agrupaciones peronistas que estaban al frente... siempre, esos rostros aparecían impresos en telas celeste y blancas. El problema surgió cuando comenzaron los discursos y los que estábamos atrás no podíamos ver a los que hablaban a causa "los trapos" de los que estaban adelante.Ahí comenzó el grito unánime: -¡Bajen las banderas, loco! ¡Los que estamos atrás no vemos!-¡Lo queremos ver a Fidel, che!Pero no hubo caso... En algún momento me parece que Chávez se hizo eco de los reclamos, pero no podía decir algo que sea "antipopular" entonces, no insistió. En los últimos meses, he visto aparecer a mucha gente, con cualquier identificación n política, recuperando muchos de los símbolos patrios con los que, debo confesar, tengo serios conflictos. Esto es: bandera nacional, himno nacional, escarapela.. . En todos lados, en medio de cacerolas o de actos oficiales o kirchneristas, se cantaba el himno nacional y se flameaban las banderas argentinas - Si estás con el campo, este 25 de mayo, ponete una escarapela- dijeron los ruralistas.-Acá, venimos a defender la democracia. Esto es por el pueblo- decían desde Plaza de Mayo.Y yo cada vez me sentía más desorientado. La historia nos demuestra que siempre que se buscó algo para pocos, se aludió a la patria, se cantó el himno y se envolvieron en banderas argentinas. Lo hicieron durante la campaña del desierto que exterminó a los nativos de estas tierras en el siglo XIX; lo hicieron durante el gobierno peronista; lo hicieron durante la última dictadura, para combatir al "enemigo extranjero" que era el comunismo.Todos se arrogan el derecho de "defender al pueblo", creyendo que, por el simple hecho de agitar su banderita nos representan. Y no quiero caer en rechazar reclamos que pueden ser legítimos, no es lo que pongo en cuestión. Lo que digo tiene que ver con aquello de recurrir al "ser nacional" para imponer una voluntad de pocos sobre todos. De levantar las banderas del argentinismo cuando tocan ciertos intereses y replegarlas cuando le toca al otro, aunque sea mi vecino, mi hermano.Y todo esto me genera más confusión. ¿Me apropio de la bandera para no dejársela a los fachos, para que ellos no decidan por el país? ¿O la rechazo por aquellos que ya la han usado para someter, exterminar, torturar y demás? Por lo pronto, pido, reclamo, como en el 2006 en aquel acto: -¡Bajen las banderas, loco! Los que estamos acá, de este lado, no podemos ver, no podemos entender lo que está pasando, quiénes son los que hablan, ni qué dicen, ni desde dónde lo dicen. ¡Bajen las banderas! Que desde acá, no sabemos de millones de dólares, ni de toneladas de soja... solo sabemos de lucha cotidiana, de aumento de cospel, de colectivos llenos hasta desbordar, de alimentos cada vez más caros, de impotencia y desempleo...Bajen las banderas, porque no entiendo una m... de lo que está pasando; porque todo esto me entristece y me llena de rabia y de impotencia.. . Bajen las banderas porque quiero vivir en un mundo libre, sin gente que me diga si puedo o no ir o venir; salir o entrar (y en esto me refiero también a las casillas de peaje que me cobran para dejarme pasar!!); porque lo necesito para creer; para crecer; para no perder las pocas esperanzas que me quedan... Eduardo Zar

martes, 17 de junio de 2008

“No existe camino para la paz, la paz es el camino”
A. J. Muste
Esta afirmación, repetida frecuentemente por aquellos que se suman a la lucha por la paz, expresa un aspecto metodológico central: la relación que debe existir entre los medios y los fines en toda actividad pacifista. Es decir, los medios son embriones de los fines, como repetía Gandhi, o los fines están arraigados en los medios. Así, los únicos medios eficaces y auténticos para la construcción de la paz son aquellos que por si solos son señales de paz. Entre esos medios, se destaca el de la no violencia.
Gandhi centro su método no violento en dos conceptos clave: ahimsa y satyagraha.
Ahimsa es el rechazo de toda violencia. “La no violencia es el primer articulo de fe y el último de mi credo”, decía. Gandhi se rehusaba a creer que era necesario recurrir a la violencia para combatir la violencia, porque entendía que corría el riesgo de producir un efecto contrario al que pretendía, fortaleciendo aun mas la cadena de violencia. Responder a la violencia con violencia es entrar en su lógica, y afirmarla. Por eso decía: “La no violencia en su forma mas activa es la buena voluntad hacia todo lo que vive. Es el amor perfecto.”
Habiendo renunciado a la violencia, Gandhi recurre otra fuerza para reemplazarla: la satyagraha. “Satya (verdad) implica amor y agraha (firmeza) sirve como sinónimo de fuerza – explica. Así, denomine al movimiento hindú satyagraha, es decir, ‘fuerza que nace de la verdad y el amor’ . Su significado fundamental es la adhesión a la verdad y, por consiguiente, la fuerza de la verdad. También lo llame fuerza del amor o fuerza del alma”. Por eso, la no violencia propuesta por Gandhi se llama no violencia activa o de firmeza permanente. Quien no utiliza la violencia no es necesariamente no violento. Para serlo es preciso buscar la justicia a través de la verdad.
Las normas satyagraha de Ghandi pueden incluirse entre todos los nuevos instrumentos de la paz y la justicia. E aquí algunas de las frases que solía repetir:
“Deje que ahimsa guíe a todos sus pensamientos y preocupaciones!
¡Identifíquese con amor con aquel a quien usted se opone!
¡Su lucha no debe ser en contra de algo, sino por un objetivo positivo!
¡Ofrezca a su adversario una señal de verdad!
¡De el primer paso!
¡Nunca juzgue a su oponente ni a cualquier otra persona mas duramente que a usted mismo!
¡No mate!
¡No fuerce a su oponente, ayúdelo a cambiar su corazón, conquístelo para el bien!
¡Luche contra la injusticia y la mentira pero nunca contra las personas!
¡No saque ventaja de la sinceridad del adversario!
¡Este dispuesto a hacer sacrificios!
¡Intente entender el punto de vista de su oponente! ¡Sea leal hasta donde puede!
¡Nunca cometa sabotajes!
¡Considere la cobardía tan terrible como la violencia!
La no violencia se presenta como un camino que une el cambio personal y la transformación social. Es famosa la máxima gandhiana que dice: “sea usted el cambio que desea para el mundo”, refiriéndose al cambio personal que trae aparejado la no violencia. Ésta es, en primer lugar, un estilo de vida. Por otra parte, como se observa en tantas practicas, constituye una transformación de la sociedad. Con frecuencia se tacha a la no violencia de idealista y utópica. Ilusoria es la violencia, que jamás cumple con lo que promete. La no violencia, ¡es partera de la historia!
Fragmento de el libro Aprender a Educar para la paz,
de Marcelo Rezende Guimaraes

jueves, 5 de junio de 2008

-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el principito-.
¿Qué significa "domesticar"?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -díjo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear vínculos... "
-¿Crear vínculos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
-Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el principito.
El zorro pareció intrigado: -¿En otro planeta?
-Sí.-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.-¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
-No.
-Nada es perfecto -suspiró el zorro. Y después volviendo a su idea:-Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sól. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.El zorro se calló y miró un buen rato al principito:-Por favor... domestícame -le dijo.
-Bien quisiera -le respondió el principito pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no fienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
-¿Qué debo hacer? -preguntó el príncipito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio ún poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
El principito volvió al día siguiente.
-Hubiera sido mejor -dijo el zorro- que vinieras a la misma hora. Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde; desde las tres yo empezaría a ser dichoso. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitado e inquieto, descubriré así lo que vale la feliçidad. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunça sabré cuándo preparar mi corazón... Los ritos son necesarios.
-¿Qué es un rito? -inquirió el principito.
-Es también algo demasiado olvidado -dijo el zorro-. Es lo que hace que un día no se parezca a otro día y que una hora sea diferente a otra. Entre los cazadores, por ejemplo, hay un rito. Los jueves bailan con las muchachas del pueblo. Los jueves entonces son días maravillosos en los que puedo ir de paseo hasta la viña. Si los cazadores no bailaran en día fijo, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.
De esta manera el principito domesticó al zorro. Y cuando se fue acercando el día de la partida:-¡Ah! -dijo el zorro-, lloraré.
-Tuya es la culpa -le dijo el principito-, yo no quería hacerte daño, pero tú has querido que te domestique...
-Ciertamente -dijo el zorro.
- ¡Y vas a llorar!, -dijo él principito.
-¡Seguro!
-No ganas nada.
-Gano -dijo el zoro- he ganado a causa del color del trigo.Y luego añadió:
-Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:
-No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:
-Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mi rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.Y volvió con el zorro.
-Adiós -le dijo.
-Adiós -dijo el zorro-. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple : sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.
-Lo esencial es invisible para los ojos -repitió el principito para acordarse.
-Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella.
-Es el tiempo que yo he perdido con ella... -repitió el principito para recordarlo.
-Los hombres han olvidado esta verdad -dijo el zorro-, pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Tú eres responsable de tu rosa...
-Yo soy responsable de mi rosa... -repitió el principito a fin de recordarlo.

Fragmento de El Principito