jueves, 29 de marzo de 2012


El 11 de septiembre del año pasado fue una fecha importante por varios motivos… 10 años de las Torres Gemelas, aniversario de la muerte de Salvador Allende en Chile, día del maestro… sin embargo, no es por ninguno de estas razones por el cual el 11 de septiembre fue una fecha importante. Era el día en el que arribaba al aeropuerto de Tel Aviv, y era el comienzo de mi travesía de tres meses como Acompañante Ecuménica en Palestina e Israel.
Ahora… ¿Qué significa ser Acompañante Ecuménica? ¿Por qué en Palestina? ¿Por qué en Israel?
Para contar la historia de la relación entre Palestina e Israel hay que tener algunas cosas presentes. Aunque el Estado de Israel fue creado mediante una resolución de Naciones Unidas en 1947, eso no significa que haya sido una tierra “vacía” o que no haya pobladores previos en esos territorios. La resolución de Naciones Unidas establecía la creación de 2 estados, uno que contemple la población árabe palestina, y otro que incluya la población judía que había emigrado de Europa escapando de la violencia del nazismo. Sin embargo, el estado árabe nunca se creó, y en mayo de 1948 se crea el Estado de Israel, seguido de una guerra, que algunos llaman de “independencia” y otros llaman “nakba” (catástrofe en árabe). En 3 guerras sucesivas (1955, 1967 y 1973), el Estado de Israel fue tomando territorios, expandiendo sus limites originales de acuerdo con la resolución de ONU.
En 2002, como consecuencia de la 2da Intifada (revuelta iniciada el año anterior por organizaciones palestinas, que se expresaron en su mayoría en ataques terroristas a población israelí) Israel comenzó la construcción de una “barrera de separación”(o muro, como se lo suele denominar). Si bien, la “intención” original de la barrera fue la protección de la población israelí, en la práctica, la barrera de separación no esta construida sobre la línea de armisticio de 1947 (línea reconocida internacionalmente como frontera), más bien en su mayoría entra en territorio palestino, ocasionando una infinidad de problemas. El principal de ellos es la usurpación de tierras y las limitaciones a la libertad de movimiento. En ciudades cercanas a la barrera de separación, existe lo que se llama “checkpoint” o puesto de control, y puertas agrícolas en las áreas rurales. Son como “aduanas” o “peajes” que limitan el acceso a ciudades israelíes, donde muchos palestinos trabajan, o el ingreso a las propias tierras. Para poder pasar por estos puestos de control y puertas agrícolas es necesario tramitar un permiso especial, demostrando la propiedad de las tierras o, en el caso de trabajadores en Israel, es el empleador quien debe tramitar los permisos.  Los puestos de control están abiertos desde muy temprano hasta la noche, pero el proceso de pasar por ellos es tan lento, y humillante (lo digo por experiencia propia), que los trabajadores pueden estar hasta dos horas esperando pasar. Los trabajadores pasan por detectores de metales, por scanners corporales, comprobación de huellas digitales y control de permisos.
Las puertas agrícolas funcionan de manera distinta, solo abren por algunos minutos al día, en distintos horarios (por ejemplo de 7.00 a 7.30, de 12.00 a 12.30 y de 17.00 a 17.30). Si un campesino llega tarde, tiene que esperar el próximo “turno”, o perder un día de trabajo, ya que no puede ir a otra puerta agrícola porque solo obtienen permiso para una sola. Quienes obtienen permisos agrícolas son en su mayoría hombres grandes, lo que significa que solo ellos pueden trabajar su tierra, y nadie mas de su familia.
El programa del cual fui parte presta presencia internacional en 7 ciudades de Palestina (Jerusalén, Belén, Hebrón, Yatta, Tulkarem, Yannoun y Jayyus). La situación en cada una de estas ciudades es diferente, pero todas se ven afectadas por 45 años de ocupación israelí y por las constantes y sistemáticas violaciones al derecho humanitario y a los derechos humanos. Las tareas de los Acompañantes Ecumenicos se dividen en tres grupos: prestar presencia protectora (la presencia de voluntarios internacionales hace que la actitud de los soldados israelíes sea mas amable hacia los palestinos); recaudar información y estadísticas que luego son llevados a distintas organizaciones que trabajan para terminar con la ocupación, y por ultimo brindar acompañamiento a palestinos e israelíes que tienen como objetivo terminar la ocupación, esto es acompañar
a palestinos quienes sufren en su vida cotidiana la ocupación y a agrupaciones israelíes que comparten el objetivo de terminar la ocupación.
Como voluntaria, estuvo presente en mi mente algunas nociones que aprendí siendo y trabajando como facilitadora. Una de ellas fue, y tal vez el principal, la idea de entender que todos los humanos fueron y son creados a imagen de Dios, y hay algo de Dios en cada uno de ellos, independientemente de su fe y de su trabajo. Así como Dios esta en los palestinos que viven todos los días en una situación de injusticia, también lo esta en los soldados israelíes, la “cara visible” de la fuerza ocupante, que en su mayoría son chicos y chicas de 18 o 20 años que están obligados a estar allí, que solo cumplen ordenes sin saber mucho sobre lo que verdaderamente esta pasando, y también lo esta en aquellos israelíes que luchan para acabar con la ocupación.
Vivir tres meses en una cultura completamente diferente, con valores, tradiciones, costumbres diferentes me hizo preguntar como es el encuentro con el otro, como es el acercarse y conocer la vida de esas personas. Tener presente que todos somos sujetos creados por Dios me ayudo a ponerme de igual a igual y de despojarme de mis prejuicios. Escuchar al otro, tratar de entender su cultura, sus experiencias, sus
valores, sus expectativas se torna más valioso cuando se reconoce a Dios en el otro.
En estos tres meses aprendí mucho de política, de historia, de derecho internacional, de teología. Pero lo que mas guardo en mi mente y en mi corazón es la esperanza, el amor, la alegría y la fe con la que viven palestinos y palestinas, nunca rindiéndose y siempre resistiendo.

Mariana fue voluntaria del Programa Ecuménico de Acompañamiento para Palestina e Israel. Para mas
información sobre el programa dirigirse a http://www.eappi.org/ o escribir a peapi.argentina@gmail.com.
Las opiniones vertidas en este articulo son de responsabilidad exclusiva de la autora y no representan
necesariamente la opinión del PEAPI.